lunes, 1 de septiembre de 2014

Anacleta calienta motores...



Una buena mañana viene un lápiz a decirme en la oreja que los pinceles andan revolucionados allá en su casa de cristal. Le preguntó la razón de tal comportamiento y me cuchichea que andan aburridísimos, que ya están cansados de tanto descanso y que incluso a alguno se le está empezando a caer el pelo de pura sequedad, vamos, que andan ansiosos de pintura y baile.
Así que acudo a su llamada rauda y veloz, llegando justo a tiempo para evitar el baño de colores que mis peludos amigos ya habían dispuesto, a modo de peculiar piscina, en la caja de pinturas, y a los que tuve que agarrar de las crines en pleno salto acrobático...




0 comentarios:

Publicar un comentario